jueves, 24 de febrero de 2011

Mi hada madrina

Todo comenzó una tarde de enero de y todo terminó un mes de julio...Pero empezaré por el principio.



Mi sueño siempre ha sido pintar, ya sea un cuadro o dibujar algún monigote...En infantil mi varita mágica era un lápiz de madera que dibujaba lo que yo quisiera con sólo apoyarlo en la hoja, y por arte de magia se movía y dibujaba (más o menos) lo que yo quería. En primaria avance un poquito más y mi varita ya era mucho más sofisticada; Se componía de ceras, temperas, rotuladores...Pero...¿Qué es una varita mágica sin hada madrina, que te enseñe como funciona de verdad? Pues bien, pasaron los años y llegue al final de mi etapa de aprendizaje, la E.S.O y alli estaba ella...Me enseño que una varita no solo se compone de rotuladores o colores, se trata de lo que puedes trasmitir con ellos: El rojo transmite ira, el azul frío...



Ella me guió en un camino, que pensé que estaba iluminado, me enseñó los mejores secretos de como aprovechar lo que cada persona tiene de especial (en mi caso la pintura).


 Desde ese día supe que yo también, quería ser algún día, la persona que pueda iluminar el camino de alguien, ayudarla a avanzar..y sobre todo, a través de lo que a mi me encanta, poder enseñar y transmitir ese amor por las cosas más simples.



Ella me enseñó que una clase no es algo aburrido, que una clase te puede trasportar a un mundo de ensueño, a un mundo mágico, del que aprender constantemente. Una fuente inagotable de recursos a nuestra disposición.

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